Actualmente nos referimos como odalisca a una bailarina de la danza del vientre con maestría, pero…
¿Sabes qué era una odalisca en la antigüedad?
En turco la palabra Odalik significa concubina y está formada por la palabra oda que significa dormitorio y lik, que significa doncella.
Llamaban así a las esclavas que integraban el harén y estaban en el escalafón social más bajo, sirviendo a las concubinas y esposas del sultán. Estas sirvientas eran regaladas al sultán y se encargaban de la limpieza y de atender a las concubinas, generalmente obedeciendo a órdenes de la madre del sultán.
La ley Islámica en el Imperio Otomano del S.XV
La esclavitud fue una institución muy organizada en el imperio Otomano durante el siglo XV. Según la ley islámica, un hombre tenía derecho a tener cuatro esposas legales y un número ilimitado de concubinas.
Sin embargo eran muy pocos los hombres que practicaban la poligamia, ya que podían tener todas las concubinas que quisieran y no tenían que casarse legalmente con ellas, por lo que era la opción más cómoda.
El sultán tenía la potestad de reconocer o no a sus hijos
El Corán animaba a los musulmanes a tratar a sus concubinas con justicia e incluso a casarse con ellas. Cuando una concubina daba a luz a un niño, la ley islámica estipulaba que no debía ser vendida y que quedaría libre tras la muerte de su amo. El amo era libre de negar la paternidad según la escuela del derecho islámico, aunque dichas escuelas animaban al amo a liberar a la mujer y a casarse con ella.
Los hijos nacidos de las esclavas y sus amos se consideraban musulmanes legítimos libres y heredaban de su padre, exceptuando claro está, en los casos en que se negaba la paternidad.
La ley disuadía a muchos hombres musulmanes casados de acostarse con sus esclavas. El Corán prohibía la prostitución de las esclavas. Sin embargo muchas veces los amos, utilizaban a las esclavas como prostitutas.
¿Qué era una odalisca en el Imperio Otomano?
Las odaliscas eran mujeres que habían sido capturadas o tomadas como prisioneras de guerra que se le ofrecían al sultán como obsequio, con el fin de constituirse en sirvientas en el harén. Estaban clasificadas en la parte inferior del estrato social de un harén.
Vivían dentro del harén y estaban bajo la orden directa de la madre del sultán, donde hacían tareas de limpieza y bailaban para entretener a las esposas y concubinas del sultán, siendo además sus sirvientas personales.
¿Podía una odalisca convertirse en concubina?
La condición social desfavorecida de las odaliscas, podía cambiar, si el sultán las escogía como concubinas por algún don especial, como, por ejemplo, su belleza, su gracia o su habilidad y para cantar y bailar, vamos a verlo mejor…
Una odalisca no era una concubina del harén y como hemos dicho nunca era supervisada por el sultán, sino que se mantenía bajo la dirección directa de su madre, la Sultán Valide.
Si una odalisca poseía una extraordinaria belleza o tenía ralentos excepcionales en el baile o el canto, tendría la oportunidad de ser una concubina.
Si era seleccionada, serviría sexualmente al sultán, y sólo después del contacto sexual, cambiaría su estado convirtiéndose a partir de entonces en una concubina.
¿Cómo podía subir una concubina de nivel?
En el Imperio Otomano las concubinas se encontraban con el sultán una sola vez, a no ser que fueran especialmente hábiles en la danza, el canto o las artes sexuales, de ser así ganarían la atención del sultán y en ese caso tendrían acceso a su lecho más veces y con ello tendrían más posibilidad de quedarse embarazadas.
Si una concubina, mediante relaciones sexuales con el sultán, daba a luz un hijo varón, y el hijo era reconocido oficialmente por el sultán como suyo, la concubina convertía automáticamente en una de sus esposas (recordar que legalmente el sultán podía tener hasta cuatro esposas).
La imagen de la odalisca, se afianzó durante el largo reinado de Solimán el Magnífico (que gobernó entre 1520 y 1566), y se casó con su concubina favorita, Hurrem, conocida en Occidente como Roxelana.
El sistema de poder dentro del Harén
A finales del siglo XV, la mayoría de los sultanes otomanos dejaron de casarse con mujeres aristócratas de dinastías cristianas y musulmanas y empezaron a limitar sus relaciones sexuales a las concubinas esclavas
Dentro del harén imperial, los otomanos tenían una política de un hijo por concubina para evitar la concentración de poder en manos de una sola mujer. El harén imperial, que albergaba a cientos de mujeres, tenía su propia jerarquía y sistema de antigüedad encabezado por la valide-sultana (reina madre).
Las mujeres de palacio recibían formación en modales, comportamiento, bordado, música y artes culinarias, entre otras habilidades.
La danza oriental en el presente
La gran sensualidad de la danza y sus efectos beneficiosos sobre el cuerpo femenino producen una suerte de liberación física y espiritual que ha provocado que haya un gran número de personas interesadas en esta danza.
En la danza oriental pueden utilizarse elementos como el velo, sable o crótalos que lo hacen más vistoso.. Por otro lado, cada bailarina acaba teniendo su propio estilo, su propia técnica y sus propios movimientos, ya que esta danza es muy personal y cada bailarina pone su propio sello.
El entrenamiento de la danza del vientre repercute en otras partes del cuerpo, fortaleciendo los músculos del abdomen, la parte inferior de la espalda y en particular la pelvis. De hecho, la medicina utiliza actualmente la danza y la música como terapia; y a pesar de que la danza no es capaz de curar muchas enfermedades psicológicas o psiquiátricas, contribuye a curar la depresión, el nerviosismo y la neurosis, patologías corrientes en nuestros tiempos..