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Dagas danza oriental

Dagas para danza oriental

Puede que quieras innovar una coreografía estilo fantasía con dagas, y es totalmente válido, pero el «arma» típica en la danza del vientre por excelencia es el sable.

Para ello, te recomiendo visitar nuestra página dedicado a ellos para saber más acerca de esta danza y escoger el que mejor se adecúe a tus gustos. No olvides leer mis consejos si estás empezando a utilizarlo para no lastimarte.

Beneficios que te aporta la danza oriental

La danza oriental además de aportar a la bailarina movilidad, elasticidad y habilidad en el manejo de los elementos, es capaz de reconectar con el centro emocional de las personas. Impresiona el ambiente de las celebraciones, el espléndido colorido de los trajes y los bailes.

A su vez trabaja directamente sobre los centros de energía corporales, eliminando tensiones y armonizando la energía, para las mujeres embarazadas, es un excelente ejercicio para preparar el vientre antes del parto y luego de este, ayuda a recuperar el área del abdomen.

¿Es necesario una profesora para aprender danza oriental?

Es muy recomendable aprender la danza del vientre con una buena profesora, si es buena sabrá compartir contigo su pasión por la danza, a través de sus movimientos, de un ritmo adaptado a la música oriental y de una coreografía para todos los niveles.

Está claro que aprender con una profesora capacitada que ame esta danza (y no me estoy refiriendo a muchas bailarinas que tienen escuelas y nombre y las mueve el negocio antes que la pasión). Notarás en seguida si tienes una buena profesora y profesional, ya que la verás disfrutar en la clase y hacerte aprender al tiempo que estás esperando que llegue la siguiente clase.

Es esencial dominar por completo este arte y crear espectáculos para todos los niveles, (muchas profesoras te dirán que tienes lo que tienes que vestir para el festival y además que lo compres en su tienda) no te recomiendo a esas profesoras, yo personalmente siempre he escogido el estilo que va mejor para cada baile y he dado varias opciones entre mis alumnas, aptas para el nivel económico de cada clase, para que todas pudieran participar. ¡Eso es lo que debería hacer toda buena profesora!